El Tatengue, que mantiene un invicto de cinco fechas, se está clasificando a los playoffs.
Para Boca es una derrota que sacude, que duele y que castiga, también. Porque fue sobre el final, sí. Porque el gol llegó tras un corner evitable (Valentini perdió a Corvalán en el salto). Porque casi no tuvo margen de reacción, más allá de ese empuje descontrolado de los últimos minutos. Pero también, y sobre todo, porque hizo poco, poquísimo, para llevarse algo de Santa Fe. Apenas pateó al arco una sola vez y recién a los 35 minutos del segundo tiempo, vía Zenón (terrible tapada de Campisi). Y cuando se dio cuenta, ya lo había perdido. Fue 0-1.